Los barcos ingleses se aventuraron por los siete mares conquistando tierras lejanas a la fuerza. Explotaron sus recursos y esclavizaron a su población, a la que sometieron a los designios de su Monarquía. Libres a medias, muchos de los nacidos en esas colonias, quisieron probar mejor suerte emigrando a Inglaterra, donde el racismo se hacía sentir. Los suburbios de las ciudades industriales se poblaron de inmigrantes africanos, antillanos, asiáticos... Sus hijos nacían en suelo británico y, como los demás niños, amaban al fútbol pero parecían ciudadanos de segunda categoría. Hijo de inmigrantes jamaiquinos, Vivian Anderson nació en Clifton. Y no fue fácil para él jugar con naturalidad en la elite del fútbol inglés, que por aquel 1978 no se llamaba aún Premier League : los aficionados del Nottingham Forest lo amaban, pero como visitante debía afrontar insultos de hinchas, cánticos racistas y hasta que le lanzaran bananas. El seleccionador Ron Greenwood fue quien que confío en él p...